Copito de Nieve, el único gorila albino conocido hasta ahora en el mundo


Diez años después de su muerte por un carcinoma, científicos españoles han secuenciado el genoma completo del primer y único gorila albino conocido, símbolo de Barcelona

Su color blanco le hizo diferente y único en el mundo pero también firmó su sentencia de muerte. Copito de Nieve, el único gorila albino conocido hasta ahora en el mundo, murió hace diez años a consecuencia de un cáncer de piel, que probablemente hubiera sorteado si su genética hubiera sido menos atípica. Un equipo de científicos españoles ha puesto por primera vez apellido al gen que tiñó de blanco a este entrañable gorila, un "amigo con genio", según le definen los que le conocieron.

Tras el descubrimiento está un grupo de científicos del Instituto de Biología Evolutiva -centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF)- que llevan dos años desgranando la genética del animal. Arrancaron la investigación centrándose en los cuatro genes que provocan el albinismo (ausencia de melanina en la piel) en humanos (tirosinasa, OCA2, TYRP1 y SLC45A2) y los compararon con los de otros gorilas no albinos.



El resultado fue concluyente: solo Copito presentaba alterado el gen SLC45A2. Esa clave científica les llevó a una conclusión evidente y certera, que los padres de Copito eran parientes; en concreto tío y sobrina, afinando más en el parentesco. El gorila más famoso del mundo fue, entonces, producto de la endogamia en los frondosos bosques de la Guinea Ecuatorial, donde fue descubierto en 1966 por el eminente etólogo Jordi Sabater Pi. "Gracias a la valiosa información del mapa genético hemos podido llegar a la conclusión de que hay un 12% de consanguineidad en Copito y eso solo puede suponer que es fruto de una relación entre abuelo y nieta, entre hermanos, o entre tío y sobrina. Por las características de los resultados nosotros nos inclinamos a pensar que fue la última opción",  el investigador de la UPF y uno de los responsables del estudio, Tomàs Marquès Bonet.




Él y su equipo se pusieron manos a la obra hace unos años cuando aterrizó de EE.UU. "Llegué del extranjero y me puse a investigar porque aproximaciones anteriores no habían dado resultados concluyentes respecto a las peculiaridades genéticas que dieron lugar a Copito", explica el investigador, quien recuerda que durante años, antes de tenerse acceso al genoma completo, "los científicos pusieron la lupa en la tirosinasa, que no aportó ningún resultado".

Cruces entre descendientes
Más allá de la curosidad humana y científica sobre el origen del preciado animal, el hallazgo genético abre la puerta a crear nuevos animales con sus características, posibilidad que los científicos descartan por motivos "estrictamente éticos". "Sabiendo cual es la alteración genética que tenía Copito, evidentemente se pueden propiciar cruces entre sus descendientes que porten dicha mutación, aunque en los zoos hay consigna de que no quieren prototipos extremos para uso y disfrute de los humanos", asegura Marquès. Destaca, además, los riesgos que supone el albinismo para cualquier especie. "Copito murió de cáncer de piel, era mucho más vulnerable que otros gorilas", recuerda el científico y avanza que "puede ser que con los años surja un nuevo Copito al cruzarse de manera natural descendientes con su misma mutación, aunque no será planificado". El gorila blanco más famoso del mundo llegó a Barcelona el 1 de noviembre de 1966 y falleció el 24 de noviembre de 2003 a causa de un carcinoma de piel.

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