Lo paranormal no tiene porqué manifestarse en tétricos lugares o espacios que han sido tomados por el tiempo, a veces en lugares activos y con actividad laboral en su interior también puede manifestarse el misterio, a veces allá donde ha habido dolor y muerte…
Cuando se habla de un hospital encantado a todos se nos viene a la cabeza los viejos sanatorios o, más recientemente, centros hospitalarios como el hospital Manuel Lois en Huelva o el Equipo Quirúrgico Municipal en Sevilla cuyos espectro trascendieron a los medios de comunicación y hoy son algo más que una leyenda allá donde ya no existen sendos edificios.
Pero en Cádiz, en nuestra ciudad, existe un lugar, un lugar que parece que está tomado por el misterio –a decir de los testigos- un hospital que atiende al nombre de Puerta del Mar.
En él se han producido hechos que no podrían considerarse misteriosos y, por el contrario, entrarían dentro de la lógica en un centro médico en uso y plena actividad. En el año 1991, un 16 de Abril, -y es parte de la leyenda- una religiosa causó un incendio y no hubo que lamentar apenas daños materiales, tampoco muertos o heridos. La historia más enraizada y ficticia narra que, curiosamente, todas sus compañeras la señalaron a ella como responsable del incendio. Sin embargo la realidad fue otra bien diferente: un informe del Consorcio Contra Incendios explicó que las causas del incendio fue un pañol de mantenimiento que prendió por un chispazo de un deficiente cargador de baterías de linternas unido a la acumulación de gases de un cuarto de reducidas dimensiones.
Sobre aquel incidente “Pudo ser una enorme tragedia que acabó sólo en susto". Un gran susto, para ser más exactos. En la noche del 16 de abril de 1991 un fuego originado sobre las 22 horas en un sótano del ala norte del hospital de Cádiz obligó a evacuar a más de 700 enfermos y derivarlos a otros hospitales de la provincia en unas caóticas condiciones, en mitad de la lluvia, mientras en el interior del edificio, los bomberos se afanaban por controlar lo que podía convertirse en una catástrofe histórica para una ciudad que siempre recordará el ‘Incendio de la Residencia’. Al centro hospitalario le quedaban todavía varios meses para cambiar su nombre a "Hospital Universitario Puerta del Mar”.
Más reciente en el tiempo, dos décadas después, se registra otro incendio en sus sótanos, tal y como recogía el “Diario de Cádiz”. 25 de diciembre de 201, así lo narraba el diario: “Respecto a los daños materiales, en esta zona del hospital se encuentran el taller de mantenimiento, el almacén general con dependencias de oficinas, donde se encuentra el almacén de mantenimiento y las instalaciones donde trabaja el personal de la oficina de mantenimiento. Se ha visto afectada la alimentación eléctrica del almacén, un bajante de uralita de aguas pluviales y varias máquinas de aire acondicionado independientes del resto del edificio que dan servicio al taller y a electro medicina. Los Bomberos inspeccionaron la zona y evacuaron el humo con la ayuda de un turboventilador. Desde el cuerpo resaltan la efectividad en la activación del plan de autoprotección del centro. Hasta el lugar se desplazó la guardia completa del parque de Cádiz con 4 vehículos dotados de equipos de respiración”.
Corren múltiples leyendas e historias no reales sobre el Hospital -lo cual no quiere decir que no existiera la persona en cuestión-, una de ellas nos dice que una monja muy querida colgó los hábitos , los enfermos echaban de menos sus cuidados y, fruto del azar tal vez, la monja se vio obligada –por circunstancias económicas- a regresar al recinto hospitalario y pedir trabajo; la dirección del centro no lo pensó.
Pero tras aquello la antigua religiosa ya no era la misma persona, tenía un comportamiento extraño y se la veía muy agitada, muy nerviosa… El misterio llega al morir la monja y se comienza a ver vagar por el hospital a un espectro de vestimentas conocidas: pañuelo blanco en la cabeza y bata azul y un pañuelo blanco en la cabeza. Se tienen testimonios de encuentros con lo imposible, encuentros con el espectro de la moja, así José H. L. narraba: “Fui a visitar a mi hermano Ramón al hospital a eso de las seis de la tarde, era invierno y estaba oscureciendo, cuando salí para regresar a casa serían sobre las nueve de la noche y al entrar en el ascensor y llegar a la segunda planta, ocurrió algo que me dejó paralizado. Justo a mi lado apareció de la nada una mujer vestida de negro y con muchas arrugas en la cara, esto sucedió justo al llegar el ascensor a la planta dos, en ese momento se abrió la puerta y salí corriendo asustado”.
José H.L. concluía: “A día de hoy solo recuerdo que esa mujer no estaba en el ascensor cuando yo me monté y de repente apareció, fueron los 3 o 4 segundos más escalofriantes de mi vida”.
Las personas que se han encontrado con la misteriosa aparición la han visto en la zona del ascensor… Allí, cuando alguien sube o baja a la segunda planta, surge de la nada y tal y como aparece…, desaparece sin dejar rastro.
Otros testigos hablan que la se les apareció en el ascensor y les pregunta a que piso quieren ir mientras sonríe, sale del ascensor y desaparece.
Otra persona que se encontró con el misterio fue Charo: “Yo acudía todos los días al hospital a ver a mi abuelo que se encontraba ingresado, un día entré en el ascensor, en la planta 1, dentro había una monja vestida de negro, me preguntó: “¿A qué planta vas?” y le dije “creo que es la 3” – iba a ver a un conocido que estaba hospitalizado y no recordaba bien la planta que me habían dicho-. La monja muy amable me pulso el número 3 del ascensor y me regaló una sonrisa, al llegar arriba salí y antes de que se cerrara la puerta, una vez que encontraba fuera del ascensor, me giré para decir decirle adiós y ya no estaba. Hoy, tres años después aún no sé dónde se metió la monja, yo no creo en leyendas de fantasmas, pero la realidad es que la monja desapareció del ascensor como si la tierra se hubiese tragado”.
En la planta 5 saltaba continuamente el detector de presencia, o de movimiento, allí mismo se cuenta una experiencia que, de ser cierta, debió ser terrible y que dice “no sabían que lo que iban a ver a continuación e iba a hacerles el mismo efecto que cinco tazas de café puro sin leche ni nada, de repente, se abrió la puerta del ascensor y salió disparado de su interior niebla luminosa que rápidamente desapareció en la pared del pasillo, en esa misma planta se escuchó una psicofonía que decía “Hazme una radiografía” de forma inesperada”.
Anomalías en el funcionamiento del ascensor, descensos bruscos de temperatura o susurros parafónicos en la planta donde se dice que la monja visitaba con más frecuencia.
Otras psicofonías que registraron en el hospital dicen “Me he hecho daño”, “Siempre paro” o “Fuera”. Y en el sótano dos más “En la cartilla” o “Preso”.
Es de las típicas y espeluznantes historias, a caballo entre la leyenda y la realidad, donde emerge con poderosa fuerza la figura de una monja fantasma, que tal vez jamás existió, y que hace que el misterio anide en el vivo hospital Puerta del Mar de Cádiz.
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