Investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.) anunciaron haber desarrollado receptores genéticos que pueden actuar como 'ordenadores biológicos' y podrían revolucionar el tratamiento de varias enfermedades, incluido el cáncer.
En un artículo publicado el pasado viernes en la revista 'Science', el equipo describió su sistema de transistores desarrollados a partir de material genético (ADN y ARN) que pueden ser insertados en células vivas y actuar según las circunstancias.
Estos minúsculos ordenadores serían capaces de llevar a cabo tareas como avisar al organismo de la presencia de una determinada toxina en el interior de una célula, determinar la frecuencia de división de una célula cancerosa o precisar cómo un fármaco interactúa individualmente con cada célula.
Una vez determinadas las circunstancias, el transistor podría usarse para hacer que la célula cancerosa y sus células vecinas se den a sí mismas la orden de autodestruirse.
"Seremos capaces de insertar el ordenador en cualquier célula viva", aseguró el líder del estudio, Drew Endy, citado por el periódico 'San Jose Mercury News'.
Los científicos utilizaron en su estudio la bacteria 'Escherichia coli'. Para ello recrearon en la célula del microorganismo el funcionamiento de un transistor en el que hebras de ADN sustituyen los cables metálicos por los que pasa el flujo de electrones, y estos son reemplazados por una proteína.
De este modo, el transcriptor de Stanford es esencialmente un análogo biológico de un transistor digital. Mientras que los transistores controlan el flujo de electricidad, los transcriptores controlarán el flujo de la ARN-polimerasa a medida que se desplace por una cadena de ADN.
El potencial de los ordenadores biológicos de cara al futuro es enorme. Se trata de equipos funcionales que pueden percibir su entorno y posteriormente manipular las células a fin de que hagan casi cualquier cosa.
Los ordenadores biológicos podrían ser utilizados como un sistema de alerta temprana de una enfermedad, o simplemente como una herramienta de diagnóstico. Los ordenadores biológicos podrían ordenar a sus células huésped (células infectadas por un virus) que dejen de producir insulina, que bombeen más adrenalina, que produzcan células sanas para combatir las enfermedades o que detengan la reproducción de las células en caso de detectarse un cáncer.
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